Figeac

Medieval y relajante…

 Cité Hotels Occitanie

A una hora como máximo de las grandes ciudades que la rodean, Figeac es típicamente la ciudad en el campo de la que soñaba el normando Alphonse Allais. Y es que esta ciudad es la heredera directa del mundo medieval... esencialmente rural. Sin embargo, es una ciudad refinada. Sus sólidos muros son de una arquitectura fina y su piedra, gris, sin embargo, es clara. Como lo es la vida aquí. Las casas y los palacios urbanos medievales parecen ser de un decorado de cine y no nos sorprenderíamos ver salir un hada, una Bella Durmiente o un príncipe azul... 

Acurrucada en la hondonada del Valle del Célé, orgullosa guerrera, la ciudad de Champollion protege aquí el museo dedicado al gran egiptólogo y a las escrituras del mundo. Las iglesias Notre-Dame-du-Puy y Saint-Sauveur recorren el espacio del románico al barroco. Veamos las antiguas plazas del mercado donde aún resuenan las ferias y la Place des Ecritures, obra maestra del urbanismo contemporáneo. Esta identidad múltiple y singular, típicamente occitana, Figeac quizás se la debe a inspiraciones procedentes de todas las direcciones. Figeac se sitúa en el cruce de cuatro regiones, lo que ha nutrido su vocación de abertura y la ha guiado al comercio desde la Edad Media. En particular el comercio del lujo, primero en el Quercy, luego en Francia, Europa y la cuenca mediterránea. La riqueza de las casas de Figeac nos habla de la opulencia de los mercaderes de la ciudad. Este universo usted podrá explorarlo bajo varios ángulos, ya que la oferta turística occitana cambia de formas e ideas. Autonóma o más guiada, histórica o más abierta, con las aplicaciones adaptadas a los smartphones más perfeccionados. Y usted también puede no quedarse ahí; el Grand Figeac, los Valles del Lot y del Célé le acogen con su naturaleza tan variada. Todos los medios de transporte son posibles, de la equitación a la canoa, pasando por todos los senderos de caminata que surcan la campiña circundante. El silencio acude a la cita del esfuerzo, el vuelo de una rapaz, un martín pescador... ¡Déjese maravillar!
 

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